Hay una reflexión que tiene varias días rondándome
los pensamientos. Tiene que ver con el valor de la individualidad. Pasamos
buena parte de nuestras vidas tratando de ser como los demás, vestirnos a la
moda, ser socialmente aceptados. Desde que somos muy pequeños se nos enseña a
adaptarnos a un molde, a parecernos a los demás o ser un buen niño. Si lo
hacemos, nos premian con aceptación y amor. Si no, nos castigan y nos hacen
sentir culpables.

Recientemente he tomado conciencia de que es
precisamente lo que nos diferencia de los demás, lo que nos hace valiosos y lo
que nos garantiza el éxito. Lo que nos hace diferentes es lo que nos hace destacarnos.
Es posible que los demás no entiendan tu punto de vista, o luzcas diferente, pero en la medida en que estes dispuesto a defender tu individualidad, sintiendote seguro de tu belleza interna y tu valor, la gente a tu alrededor comenzara a verte con otros ojos.
Por eso te invito a que te atrévas a ser diferente y a darle a tus
hijos el apoyo y la libertad de serlo. Probablemente sea la mejor enseñanza que puedas darles.
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