lunes, 21 de mayo de 2012

Las madres tambien nos enfermamos.

"Hace unos dias recibi una noticias muy fuertes. Noticias que cambiaran mi vida y la de mi familia. Desde ese momento mi cabeza da vueltas y vueltas, pensando mil cosas, pero sobre todo pensando en mis hijos, en su futuro, en lo que va a ser su vida."

Estas fueron las escasas lineas que logre escribir cuando todavia estaba en shock por el diagnóstico, unos dias antes, de un tumor en mi mama izquierda. Hoy se cumple un año exacto de ese duro día en que me dijeron que tenía cancer. Parece mentira que haya pasado un año. Recuerdo con lujo de detalles cada minuto: la cara de preocupación de la técnico que me estaba haciendo la mamografía, como me corrían las lágrimas por las mejillas mientras iba de regreso a mi casa, y sobre todo el miedo. El miedo a la muerte, que parece que siempre va de la mano de ese diagnóstico tan terrible.

Una de las cosas que me pasaba por la cabeza insistentemente, era lo injusto que era que me pasara esto cuando estaba en pleno disfrute de mi bebe, de apenas 9 meses de edad. Luego de tener mi primer hijo mi esposo y yo habíamos buscado insistentemente tener otro bebe. Luego de casi cinco años y dos perdidas, lo habíamos logrado y recien parecia que le dabamos la bienvenida al mundo a nuestro pequeño angelito. Y ahora esto...¿como se compagina la vida en familia que siempre has soñado, con un imprevisto como esto?. Sentía que me estaban jugando una cruel broma pesada.

Pensaba más que nada en mis hijos, de una manera distinta a como siempre había pensado en ellos. Trataba de imaginarme como sería para ellos vivir sin mí. Sabía que tienen un padre maravilloso y muy capaz de sacarlos adelante con bien, pero por más que lo intentaba no me imaginaba como iban a sobrevivir sin el amor de mami, sin mis mimos, sin mis cuidados... ¿serían los niños que siempre soñé que serían? Como podía yo hacerles tanto daño...abandonarlos. Marcarles la vida para siempre. ¿Se acordarían de mí? ¿Me odiarían por haberlos dejado? El más pequeño seguramente ni sabría que había tenido una mamá. Pero seguro que el mayor si se acordaría.

A medida que pasaban los días, las preocupaciones se iban sumando. Ya no era sólo que pasaría si se quedaban solos, sino que a medida que el tratamiento iba progresando, y me iba sintiendo cada vez más débil, me preguntaba cómo iba a poder ocuparme de ellos. ¿Cómo decirles que estaba enferma? ¿Cómo prepararlos para lo que iban a ser unos difíciles meses? ¿Cómo explicarles que ya no podía hacer con ellos muchas de las cosas que antes hacía? Me sorprendió gratamente lo sencillo que fue para ellos adaptarse a la nueva situación en casa. Comprendieron con una increíble madurez cuando no me sentía bien, cuando no quería salir de casa, cuando necesitaba dormir...hasta comprendieron con naturalidad cuando se me cayó todo el cabello en cuestión de unos días, y cuando mami se quedó sin una tetica luego de la operación. Probablemente las cosas en las que nunca pensé, fueron las más difíciles: Gracias a Dios la abuelita de mis bebes estuvo ayudándonos en casa, porque las cosas más sencillas y cotidianas se convirtieron para mi eran grandes retos. Aprender a tolerar cuando la ropa se acumulaba en la cesta, o la casa estaba muy desordenada, y yo no tenía fuerzas para levantarme a hacerlo. Y ni hablar de preparar comida, en cuanto entraba a la cocina y olía algún condimento, tenía que salir corriendo a vomitar. 

En fin, ha pasado un año…y la casa sigue ahí, y mis hijos siguen bellos y sanos. Si acaso, toda esta experiencia les ha enseñado a ser mas compasivos y comprensivos, y a mí me ha enseñado a tener confianza en ellos. Ellos son más fuertes e inteligentes de lo que yo pienso. Adaptarse a las circunstancias de la vida y seguir adelante, apoyándonos unos a los otros, y amándonos sin importarnos las condiciones, eso es lo que nos hace una familia.




2 comentarios:

bethsade dijo...

Triste relato pero tan sincero y sencillo que nos deja ver a través de tus ojos mil bendiciones cubrieran tus días y tu familia sabrá valorar cada instante que puedas brindar tanta belleza interna (externa) y ese gran logro de vida que esta por siempre presente en cada sonrisa Eres luz y amor y por eso estarás aquí por mucho tiempo mas... Un abrazo

Susana dijo...

Muchas gracias por tus hermosas palabras. Dios te bendiga amiga.