martes, 26 de abril de 2011

Deja que tu bebe pase trabajo para que se acostumbre a que la vida es dura

Para comenzar debo aclarar que esta frase no es de mi querida madre, sino de una conocida actriz cómica Venezolana. Escuche hoy en la radio que este habia sido su consejo a una futura mamá primeriza, conversando acerca de las posibles opciones de parto. La verdad es que, aunque se supone que fue una especie de chiste, esta frase me impactó profundamente. Es cierto que la vida tiene sus momentos dificiles, los cuales tenemos que afrontar con las herramientas que tenemos.En cualquier caso criar a un hijo con amor y respeto es darle las herramientas apropiadas para afrontar esos momentos dificiles. Pero mas alla de eso,  criar a un hijo con la visión de prepararlo para una vida dura es transmitirle que vivir es sufrimiento y no placer, es dolor y no felicidad, es abandono y no amor. ¿Que clase de vida es esa? ¿Para que traer al mundo una nueva vida cuando pensamos que viene es a sufrir?

Los padres tenemos la responsabilidad de amar la vida intensamente, porque solo con el ejemplo podemos enseñarles que la vida es un tesoro, y que ellos son la maxima representación de ese amor por la vida. Amar a la vida con todos sus momentos, respetando las diferencias con los demás, como un aprendizaje continuo...¿que mejor cosa le podemos regalar a nuestros hijos que esto? 

El otro dia leí un artículo que reportaba que los hijos no nos hacen mas felices (leer el articulo aqui). En el artículo publicado en la revista Population and Development Review, se indica que los padres menores de 30 años están menos contentos que sus coetáneos sin hijos. Y mientras más hijos, la tendencia es más negativa. Los padres con dos hijos son más infelices que los que apenas tienen uno y estos, a su vez, viven más frustrados que quienes no son padres aún. En primer lugar, nadie nos puede hacer felices, porque la felicidad debe nacer de nosotros: poner sobre los hombros de los hijos (o de cualquier otro) nuestra propia felicidad es una irresponsabilidad cruel. Pero el asunto esta en como asumimos nuestro rol de padres. Frecuentemente vemos que los padres primerizos se quejan de las noches sin dormir, de tener que abandonar sus intereses, su vida. La expectativa de tener un bebe perfecto (que no llore, duerma todo el dia, nos acaricie, como en los comerciales) hace que la realidad parezca mucho mas dura. Si en lugar de sufrir por lo que ya no tenemos, nos dedicaramos a disfrutar de lo que ahora tenemos en nuestras manos, del milagro de esa pequeña vida que depende de nosotros. Si de verdad vivieramos la experiencia sin las expectativas de hacerlo bien o mal,   sin los miedos, sin todas las historias que nos han contado, viviendo a corazón abierto esta experiencia de vida, seguro serian los momentos mas felices de nuestra vida. 

3 comentarios:

Bere dijo...

Tienes mucha razón! tal vez también nosotros nos creemos el cuento de que tener un hijo es difícil, sacrificado y mal agradecido, y por eso vivimos infelices, pero aunque sí es difícil, también trae los mejores momentos de la vida, si tenemos la voluntad de verlos. Si aprendemos a disfrutar lo bello que es ver crecer a nuestros hijos, escuchar sus ocurrencias, reír, etc.

Oye, está raro que no podía abrir tu página en la computadora de mi trabajo, aquí la abrí sin problemas, no se qué será, tendré que revisar (pero de paso tú también, jeje)

Susana dijo...

Gracias por tu comentario...voy a revisar si pasa algo en la pagina.

MeisterDj dijo...

Quiero decir como padre de mis dos(2) pequeños hijos, que nunca me he preocupado si soy infeliz. Me encantan mis hijos, los disfruto, jugamos juntos, le hago comida, los baño, etc., pero sin pensar que esto es una carga, en realidad lo hago porque lo disfruto.

Es verdad, he dejado de hacer cosas que antes, cuando esta casado y sin hijos hacía, pero para eso estuvimos sin niños durante un tiempo: para disfrutar a mi esposa y las cosas buenas o malas de la vida juntos, luego que decidimos tener a nuestro primer hijo, lo aceptamos con felicidad, sin importarnos si llegabamos a ser infelices.
En resumen, debemos ver a nuestros hijos como una extensión de nosotros, como yo siempre le digo a mi querida esposita, son como mis brazos, mis piernas, mi corazón o cualquier otro organo de mi cuerpo. Son lo más preciado que tenemos y debemos quererlos y amarlos, más alla que cualquier evento (gimnasio, fiestas, reuniones con amigos, etc) que antes teníamos.
Salu2