miércoles, 10 de octubre de 2012

Aprendiendo de la derrota.


En primer lugar, quiero pedirles disculpas por que este post cambia un poco la tónica habitual de mi blog. Normalmente me enfoco en mis hijos y experiencias que vivo con ellos. Pero sumida como estoy aún en las múltiples emociones del pasado fin de semana, por las elecciones presidenciales en Venezuela, no podía dejar de escribir sobre esto.

Me voy a tomar la libertad de compartir con Uds. el mensaje que le escribió mi sobrino a su mamá. El se llama Gustavo y es un maravilloso muchacho, lleno de vida y alegría, siempre con la sonrisa a flor de piel. Por primera vez en su vida, lleno de ilusión y esperanza, este fin de semana ejerció su derecho al voto, desde Alemania donde está estudiando. 


"Mami, te quería responder este mensaje en cuanto lo vi, pero de verdad decidí que no podía mas y trate de irme a dormir. No se si mucho de ustedes Venezolanos lo lograron, pero yo no he podido pegar ni un ojo. Calmarme, eso sí que lo he hecho pero aun falta.
En cuanto a tu mensaje, lastimosamente no estoy decaído, estoy tumbado. Ya veremos como el tiempo eventualmente ayuda a levantarme, pero ningún comentario de nadie y me de consolación tiene ese poder. 

Ese mensaje, esos números, la verdad tienen muy poco valor. Estaba claro que aumentaríamos, al igual que está claro que seguirá aumentando, pero con esos números lo único que haces es decirte a ti mismo "en las próximas llegaremos al número correcto, a lo suficiente para ganar". Con esa misma idea me he formado toda (disculpen la palabra) MI PUTA VIDA. 

Hablas de que el futuro es mío, y todo eso. Es cierto lo es, pero a mi modo de vista me congelaron y robaron 6 años de futuro, no solo mío sino de todos. Seis años más en la misma situación, seis años mas de desespero constante, incertidumbre de no saber que va a pasar. Si el día de mañana podré hablar con la misma gente y si todo ahí estará. Nadie se merece eso, no importa ideología ni opinión política, eso es un hecho.

Las palabras del Tío la verdad, que ni las entendí. Si no lo intentas por sea el motivo que sea, no tienes porque sentirte defraudado. Porque?? No hiciste nada al respecto pudiendo haberlo hecho. a demás yo personalmente no me siento defraudado en lo absoluto. Me siento impotente a pesar de haber votado, me siento triste por saber que tengo que ver a Venezuela seis años mas por ese mismo camino, me siento asqueado por la ignorancia de muchos. El país, Venezuela si sigue ahí y nadie lo borrara del mapa. Mi país, eso es una cosa totalmente diferente. Mi país fue en el que yo nací hace ya 19 años. El país en el cual vives no es ni la sombra de aquel y mucho menos la sombra de lo que puede ser y quiero que sea.

Ahora esto si va dedicado a ti directa y personalmente. Aprecio que me quieras consolar de cualquier modo pero no gracias. Yo te quiero, te aprecio, y te seguiré queriendo. Te deseo y deseare todo lo mejor en todos los aspecto para ti y todos a tu alrededor, pero de política o sobre MI país o el tuyo no quiero que hablemos. Espero que la próxima vez que vaya, quien sabe cuándo y por cual motivo, compartamos más que un solo día y que sean como cuando yo era pequeño.

Mami tu sabes que yo los adoro y como me dijiste tu por teléfono, seguirán haciendo lo mismo de siempre como si nada hubiera pasado. Yo como ya te dije también, no los quiero ahí, en medio de un peligro constante y un país que se les viene encima en todos los ámbitos. Lamentablemente yo sé que no es fácil. 

Los quiero demasiado a todos, y tú sabes cuánto los amo y adoro. Por favor cuídense demasiado y que nada les pase, porque no me lo perdono. Habrá que aguantar y echar pa' lante. 

PD: Escribo sin ánimos de consuelo, solo necesitaba desahogarme. Si tienen algo que decir sean precisos porque no quiero tema de discusión o desacuerdo. Esas palabra fueron simplemente lo que hoy Lunes 08/10/2012 a las 12:11PM hora de Alemania, salieron de mi mente y mañana será otro día."


Varias cosas me pasaron por la mente después de leer esto. En primer lugar una enorme tristeza de saber que un joven venezolano podía sentirse tan decepcionado del país, tan ajeno a su propia tierra. En segundo lugar la me llama la atención que el está convencido de que no tiene futuro, de que esa decisión le arrebata su felicidad.

Desde el punto de vista personal su escrito me hizo pensar en la importancia de que nuestros muchachos aprendan a manejar su vida desde el punto de vista emocional y a distinguir entre las circunstancias externas y la actitud con la cual las enfrentamos.

La verdad es que cuando obtenemos algo distinto a lo que deseábamos como resultado de nuestras acciones, es normal tener sentimientos de frustración, impotencia y tristeza. Pero cuando dejamos a un lado los juicios y entendemos que nada de lo que pasa es bueno o malo, y que todo puede ser para crecer, nuestra visión cambia. Se nos hace mucho más sencillo entonces aceptar y dejarlo fluir. Cuando entendemos que solo nosotros tenemos el control sobre cómo nos sentimos y como afrontamos nuestra realidad, entonces es mas sencillo salir de la tristeza y enfocarnos en emprender un nuevo camino. 

Por eso he insistido en volver a nosotros mismos la mirada en estos momentos y tratar de buscar soluciones, cambiar patrones, y asumir responsabilidades. Solo así podemos aprender las lecciones y seguir creciendo y andando hacia lo que queremos, sin juicios ni apegos.

1 comentario:

Lala de Balestrini dijo...

Pues la verdad entiendo perfectamente a Gustavo en la manera como se siente, porque a mis 64 años también sentí lo mismo pensando en mis nietos y mas que tengo uno en Dinamarca que también sintió morirse cuando supo los resultados de las elecciones,pero también le quiero decir que están muy jóvenes igual que nuestro líder Henrique Capriles y que con gente como ustedes es que él cuenta para sacar a Venezuela adelante, y como se lo dije a mi nieto el domingo haciendo lo que ustedes están haciendo cada uno donde está también están haciendo Patria porque el prepararse para venir a servir a su País es hacer Patria,ánimo Gustavo cuando tenga oportunidad de oir a Henrique Capriles escúchelo y verá que si tenemos un camino y que tenemos un buen porvenir, un afectuoso abrazo. Lala de Balestrini, desde Méria- Venezuela