Hace unos días tuve el placer de asistir a unas Jornadas tituladas "Dolores sin lágrimas: Aproximaciones al dolor psíquico vivido por el cuerpo", organizadas por la Asociación Creando Salud. Fueron dos días muy interesantes donde exploramos de la mano de médicos, biólogos, psiquiatras, psicólogos y otros profesionales, que el dolor y la enfermedad son a menudo un reflejo de las angustias y abandonos que vivimos.
Un ejemplo muy claro de este impacto, que
apenas empezamos a entender, fue evidente para mí en estas Jornadas. Si bien las
mismas no estaban dirigidas a padres, en prácticamente todas las conferencias
se discutió el vínculo que existe entre la relación de la madre con el bebé
recién nacido y el desarrollo de las llamadas "enfermedades psicosomáticas".
Cuando el bebé no obtiene respuesta a sus necesidades físicas y
emocionales a través del contacto amoroso de su madre, no logra crear el
vínculo necesario para construir los símbolos mentales que le
permitan manifestar sus ansiedades. Al carecer de estos símbolos el bebé busca
como liberarse de sus angustias manifestándolas a través de su cuerpo. En
palabras de los psicólogos: "Para la Escuela Psicosomática de París (Marty,
M´Uzan, David, Fain, 1993), el psicosomático" está
caracterizado por una "insuficiencia en la mentalización", que
le impide la expresión psíquica de sus conflictos. A causa de un
desamparo inicial producto del vínculo con una madre narcisista que
promueve un vacío psicológico, en el cual se impide el despliegue del
espacio simbólico de la fantasía y abre el camino a la acción directa corporal.
Al no ser atendidas las señales indicadoras de sus deseos, el bebé las paraliza
y produce respuestas corporales patológicas que equivalen a los primeros
síntomas psicosomáticos."
¿Qué significa todo esto para nosotros
como padres? Pues a mi entender, significa tener mayor conciencia de la
importancia que tienen nuestras acciones, gestos y palabras, para el desarrollo integral de nuestros hijos. Entender y tener
siempre consciente que dedicarle tiempo y amor a nuestros bebes no es
malcriarlos, ni consentirlos, sino que es entre otras cosas, la mejor forma de
garantizar una excelente salud para ellos en el futuro. Si las madres
modernas entienden el importante rol que juegan en el desarrollo de la sociedad humana, y
dejan de luchar contra sus propios instintos, si entendemos que el tiempo que
pasamos con nuestros bebes es sagrado, y no una pérdida de tiempo, entonces
estaremos criando/creando una sociedad mas sana tanto emocional, como
físicamente.
Para finalizar, comparto con Uds. una
cita del pediatra y psicoanalista inglés D. W. Winnicott, que copié de una de las presentaciones y me pareció impactante:
"La
necesidad primaria del bebé
no es el alimento,
no es el alimento,
sino ser
alimentado
por alguien que ame alimentarlo"
por alguien que ame alimentarlo"
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